lunes, 14 de marzo de 2011

LA INMIGRACIÓN

Después de la independencia y a medida que los países americanos fueron evolucionando, se fue creando en Europa un creciente interés por trasladarse hacia América.
Los factores que impulsaron las migraciones europeas fueron varios:
1) La ruina de las pequeñas industrias familiares que no pudieron competir con las fábricas.
2) La ruina de los artesanos que tampoco podían competir con las fábricas.
3) La desocupación masiva en el campo generada por el cercamiento y la mecanización del trabajo agrícola.
4) Las oleadas de desocupación en las fábricas cuando alguna innovación técnica (una nueva máquina) quitaba trabajo a los obreros.
5) Las crisis de superproducción que obligaba a los fabricantes a despedir personal.
6) Las persecuciones políticas, sindicales o religiosas.
La mayor rapidez y seguridad del transporte marítimo con la navegación a vapor y el abaratamiento de los pasajes favorecieron la migración. Los países americanos estimularon el traslado de inmigrantes porque necesitaban mano de obra e incluso se formaban empresas para traerlos y les pagaban el pasaje a cambio de trabajar cuando se instalaran en América. A veces se cometían abusos y los inmigrantes transformaban en “esclavos blancos”. Empresarios inescrupulosos contrataban barcos antiguos y pequeños donde traían a los inmigrantes sobre la cubierta en malas condiciones y como si fueran parte de la carga.
Los países europeos veían con buenos ojos la salida de población de sus territorios porque:
- desahogaba las presiones internas sobretodo en momentos de crisis.
- los inmigrantes que instalados en otros continentes progresaban económicamente querían comprar productos europeos y se transformaban en nuevos mercados de consumo.

LAS PRIMERAS ETAPAS
La emigración hacia nuestro país comenzó a ser importante hacia el año 1834. Entre 1835 y 1842 ingresaron 17 mil franceses, 12 mil italianos y más de 10 mil españoles. Hubo proyectos para favorecer el ingreso de inmigrantes.
Samuel Lafone presentó un proyecto por el cual se encargaba de traer inmigrantes vascos si el estado uruguayo le pagaba y le permitía comprar tierras pagándolas con títulos de deuda. El estado recibiría luego, a largo plazo, la devolución del dinero gastado, comprometiéndose los inmigrantes a pagar los pasajes en dos años. El proyecto no fue autorizado por la Asamblea General al considerarlo oneroso.
Otro proyecto fue el de crear una ciudad en la zona del Cerro de Montevideo con inmigrantes, a la que se llamaría Cosmópolis. Se dividió la tierra en chacras pero el proyecto se prolongó en el tiempo por la falta de interesados.
En estos primeros años de ingreso de inmigrantes la inmigración espontánea fue más que la organizada; el estado no seleccionó ni distribuyó a los inmigrantes. Esto tuvo como consecuencia que la inmigración no fuera en muchos casos tan calificada como era deseable y que su asentamiento no se hiciera en todo el territorio del país, concentrándose en Montevideo.
Durante la Guerra Grande, no solamente se interrumpió la inmigración, sino que muchos extranjeros se retiraron del país. Durante la guerra fue evidente la concentración de los inmigrantes en la ciudad de Montevideo, ya que la mayoría de la población y la mayoría de los integrantes del ejército del Gobierno de la Defensa, eran extranjeros, destacándose por su número los franceses.

LA INMIGRACIÓN EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO
Después de terminada la guerra recomienza la inmigración. Durante la guerra y en los años que la siguieron se produjo una inmigración muy especial que fue la de brasileños que se establecían en la zona norte del Uruguay cerca de la frontera con Brasil. Esta inmigración creó más dificultades que beneficios. En muchos casos se trataba de estancieros que compraron campos aprovechando su bajo valor durante la guerra. Estos estancieros llevaban ganado hacia sus estancias del lado brasileño disminuyendo los anímales del lado uruguayo y perjudicando a los saladeros que colocaban su producción en Brasil. Además no cumplían con las leyes del Uruguay y ante cualquier problema que tuvieran con el estado oriental, se presentaban ante las autoridades de Brasil para que estas presionaran sobre el gobierno uruguayo. A pesar de que la esclavitud había sido abolida (en 1842, aunque desde 1830 había ya libertad de vientres y no se permitía la introducción de nuevos esclavos) los propietarios brasileños usaban como peones mano de obra esclava.
En 1860 el diputado José Vázquez Sagastume denunciaba en el Poder Legislativo que: “ la ciudadanía oriental se está perdiendo en el norte del Río Negro... los usos, costumbres, el idioma, el modo de ser, todos es brasileño; puede decirse que es una continuación de Río Grande del Sur”.
En el transcurso de la segunda mitad del siglo hubo un cambio en la procedencia de los inmigrantes aumentando la presencia de españoles e italianos. La mayor parte de los españoles procedían de las islas Canarias, Galicia, las provincias vascas y Cataluña. En cuanto a los italianos muchos eran de Génova y de los territorios del sur (Calabria, Nápoles).


Para que los europeos se afincaran en el Uruguay, había que resolver los problemas del transporte, alojamiento y trabajo. Como había pasado en los primeros años de vida independiente hubo escasa intervención gubernativa;  del estímulo a la inmigración y organizar su traslado se encargaban particulares. Lo tomaban como un negocio, organizándose empresas de inmigración y colonización que a veces terminaban siendo maniobras especulativas. Como el estado no ejercía ningún control, había todo tipo de abusos: especulación con tierras, explotación de los inmigrantes, falta de selección de loa inmigrantes. La mayoría de los inmigrantes procedían de países técnicamente atrasados y eran mano de obra inexperta o no especializada, por lo tanto su aporte no era el mejor.
Es difícil precisar con exactitud cuáles fueron las ocupaciones a que se dedicaron con preferencia los inmigrantes. En parte dependió de su condición económica, pues una mayoría llegó sin capital, dispuestos a trabajar en cualquier actividad, hubo una minoría que, poseedores de algún dinero, adquirieron tierras o pusieron alguna empresa y trabajaron por su cuenta. También hay que tener en cuenta que muchos inmigrantes no venían con la intención de radicarse definitivamente, sino conseguir dinero y regresar a su país de origen. Pero las condiciones no siempre fueron favorables para su regreso y se quedaban para siempre.
La inmigración italiana se dedicó especialmente a la agricultura, constituyendo la población de quinteros alrededor de Montevideo y en Canelones. La inmigración española, especialmente la de Galicia, trabajó en el comercio minorista y como peones en los depósitos de lana y el puerto. Las mujeres gallegas se emplearon en el servicio doméstico. Los vascos, tanto españoles como franceses, tuvieron una importante participación en la explotación del ganado lechero.
La inmigración inglesa no fue muy numerosa pero fue importante su participación en el desarrollo económico. En el campo participaron en la modernización de las estancias, ya que invirtieron su dinero en la mestización y la cría de ovejas. En Montevideo dominó el comercio de importación. También fue importante su presencia vinculada a la instalación del ferrocarril, el gas, los tranvías y los teléfonos.
La escasa intervención del estado se manifestó en la búsqueda de integrar la inmigración con el trabajo agrícola. Después de la Guerra Grande hubo varios intentos de radicar inmigrantes en la campaña desarrollando la agricultura, lo cual se hacía con varios objetivos:
a) Mejorar la producción en un rubro hasta el momento inexplotado como era la agricultura.
b) Sedentarizar la población errante del interior.
c) Pacificar la campaña, ya que se consideraba que las condiciones de explotación ganadera extensiva habían generado la presencia del gaucho y se veía a este como un elemento de inestabilidad.
En 1851, el médico francés Augusto Brougnes publicó un folleto en el que expresaba: “ ...pocos años serían suficientes para lograr la prosperidad, sin hacer otra cosa más que entregar una parte del territorio a la inteligente actividad de la inmigración agrícola europea, pues está comprobado hasta la evidencia que las grandes naciones sacan hoy sus recursos de la agricultura”. Ponía como ejemplo el caso de Estados Unidos y señalaba que su desarrollo se debía a la presencia de inmigrantes dedicados a la agricultura.
Otro francés, el Ingeniero Penot, que acompañó al Presidente Giró en una gira que este realizó por la campaña, destacaba el papel pacificador que tendría la agricultura: ” ... aproximad al hombre que vive de la nada y que de nada se sustenta, aproximadle al bienestar social, dejadle penetrar nociones de bien y de mal y vacilará en saquear los campos sembrados”.
Durante la presidencia de Giró se crearon varias sociedades interesadas en el establecimiento de inmigrantes agricultores en la zona del litoral. Por ejemplo hubo un proyecto de instalar una colonia de cría de ovejas merino y chacras de dieciséis hectáreas en la zona de Carmelo, habilitándose este puerto para que los inmigrantes introdujeran, sin pagar impuestos, artículos destinados a su establecimiento. También hubo un proyecto para radicar en los alrededores de las ciudades a las familias que habían quedado dispersas por la Guerra Grande. Pero la caída del gobierno de Giró puso fin a estos y otros planes.
Durante las presidencias de Bernardo Berro y Gabriel Pereira se intentó la creación de colonias y pueblos en la zona de la frontera con Brasil para intentar detener el establecimiento de población de aquel origen. Se temía que de seguir aumentando la presencia de brasileños al norte del Río Negro, aquel territorio pasaría a manos de Brasil.
Pero la inestabilidad política, la falta de tierras públicas para ubicar a los inmigrantes y los escasos recursos del estado, dificultaron los intentos. Sólo dos proyectos de instalar colonias agrícolas con inmigrantes tuvieron éxito: Colonia Valdense (1858) y Colonia Suiza (!861).
Recién en 1890 el estado va intervenir directamente en la regulación de la llegada de inmigrantes al crearse la Dirección General de Inmigración. La ley que creó a este organismo también establecía que se le darían facilidades a los inmigrantes para el pago de sus pasajes, atenciones gratuitas para sus primeros tiempos de radicación, colocación y traslado al lugar de trabajo. La ley también establecía discriminaciones: se impedía la entrada de africanos, asiáticos y gitanos.

CONSECUENCIAS DE LA INMIGRACIÓN
1) Aumentó la población.- La consecuencia directa y más visible de todo proceso de inmigración es el aumento de población del país que recibe a los inmigrantes.
Entre 1886 y 1890 se produjo el ingreso mayor de inmigrantes. A partir de 1890, año en que se hacen sentir los efectos de una fuerte crisis económica, hay un disminución del ingreso de inmigrantes e incluso la salida de muchos de ellos con destinos a otros países de América, en particular hacia Argentina. Luego, hacia 1900, el ingreso se reanudó.
Los extranjeros de origen europeo se radicaron con preferencia en Montevideo, contribuyendo al crecimiento de la capital, alcanzando porcentajes de cerca del 50% de la población de la capital. Por lo tanto la inmigración colaboró con el macrocefalismo del Uruguay.
2) Impulsó el desarrollo económico.- Los extranjeros radicados en Uruguay favorecieron el desarrollo económico. El aumento de la población provocó el aumento del consumo, generando un mercado interno que debía ser alimentado, vestido, etc, creciendo la demanda de productos que motivó a una mayor producción. Además los inmigrantes demostraron capacidad de trabajo y superación. Aunque la mayoría no poseía técnicas ni conocimientos desarrollados, la necesidad de sobrevivir los impulsó a realizar cualquier tarea, ser innovadores, ahorrativos e invertir sus ahorros en pequeñas empresas que les permitiera ascender socialmente. La frustración de muchos al no poder regresar a Europa fue sustituida por la posibilidad de ser parte de las clases dirigentes locales. Esto difícilmente se lograba en la primer generación de recién llegados, pero sus descendientes podían lograrlo.
La vinculación de los inmigrantes con el desarrollo económico se observa sobretodo en la inmigración inglesa, francesa y alemana. Los europeos que se alejaban de sus costumbres y se establecían en países lejanos y desconocidos poseían un espíritu de iniciativa fuera de lo común. El gusto por la aventura y el riesgo se mezcló con la iniciativa
empresarial de una mentalidad capitalista desarrollada. Sus inversiones en el campo y sus intentos exitosos de innovar en la explotación ganadera (cría de ovinos, mestización, cercos) influyó en la toma de conciencia de muchos estancieros nacionales de que la estancia era una empresa y no un feudo patriarcal.
3) Consecuencias culturales y políticas.- De la comparación con otros países de América resulta que Uruguay tuvo el porcentaje mayor de inmigrantes si los comparamos con la población nacional: 44% en 1860. El alto porcentaje de población extranjera y el hecho de que llegaran tempranamente a un país nuevo, permitió una rápida asimilación de los recién llegados.  Afirma Germán Rama que en realidad no hubo una asimilación de los extranjeros sino que “... la sociedad receptora fue ahogada por las migraciones... En vez de asimilación es necesario hablar de fusión de dos grupos en una nueva sociedad cuyas características no fueron propias ni de la sociedad receptora ni de los grupos migrados...”
La sociedad uruguaya, carente de una cultura indígena como los países andinos, fue creando su cultura, su forma de vida con los aportes de las migraciones. Desde las festividades religiosas y las supersticiones ( fiesta de San Cono, hogueras de San Juan, etc) hasta los alimentos (la pastas y la polenta introducidos por los italianos, etc) se puede observar la influencia de los inmigrantes. También fue significativo su aporte en lo ideológico y político: los inmigrantes europeos introdujeron en América el socialismo, el anarquismo y las primeras organizaciones obreras.
Para el historiador Ricardo Martínez Ces la inmigración cumplió un papel relevante en el triunfo del modelo batllista a comienzos del siglo XX. Según este autor los inmigrantes que venían huyendo de Europa donde se les negaba la posibilidad de ascenso social encontraban en Uruguay la posibilidad del cambio. “...Escapar a la suerte de campesino en el pequeño pueblo español o italiano, escapar del cruel y rígido servicio militar, escapar a la miseria y desocupación e incluso escapar de la propia familia y venir a dar a un país donde se podía empezar de nuevo, dónde había épocas en las que hasta era posible ahorrar libras esterlinas, fueron circunstancias como para hacer renacer la fe en la bondad humana. Hasta la carne, alimento de las clases privilegiadas en Europa, aquí se podía comer todos los días... El inmigrante que llegaba a hacer plata debía sentirse como si hubiera entrado en una sucursal del paraíso, lugar donde la gente además de justa era feliz...”
El período de predominio político de Batlle y Ordoñez (1903-1929), coincidente con un período de prosperidad económica, permitió a los inmigrantes progresar y ascender de clase e incluso a tener la posibilidad de que sus hijos concurrieran a la Universidad. Esto dio a los inmigrantes, según Martínez Ces, la ilusión de llegar a ser alguien. Y aunque no llegaran a serlo la ilusión mantenía latentes las esperanzas.